jueves, 12 de noviembre de 2009

A menudo sucede dentro de mi pecho, o bien entre mi pecho y mi ombligo, algo que se me ocurre describir como lo contrario al hipo. Es una sensación de nostalgia que dura más o menos lo mismo que un déjà vu. Ese espacio del cuerpo antes descrito se estira, se alarga para dar lugar a un recuerdo físico de tibieza, de mimo, de abrigo. Puede pasarme a catorce mil kilómetros de casa, a seiscientos, en casa, en la calle, en el baño, en el colectivo, con gente, sin…

2 comentarios:

Martín Zariello dijo...

Buen blog. Aguante Bolaño! Saludos.

Lucía dijo...

Gracias Martín, lindo que guste. Paso por el tuyo a ver...