viernes, 9 de octubre de 2009

¨Sentí como la ultima moneda entraba en la panza del teléfono público, un ruido de hojas, de viento levantando hojas secas, un ruido como de llamas subiendo por el tronco de un árbol, un ruido como de cables enredándose y desenredándose y después deshaciéndose en la nada. Miseria poética.¨
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Los detectives salvajes, Roberto Bolaño

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