miércoles, 10 de noviembre de 2010

¨Cada vez que intento ¨analizar¨ un texto que me ha dado placer no es mi ¨subjetividad¨ la que reencuentro, es mi ¨individuo¨, el dato básico que separa mi cuerpo de los otros cuerpos y hace suyo su propio sufrimiento, su propio placer: es mi cuerpo de goce el que reencuentro. Y ese cuerpo de goce es también mi sujeto histórico, pues es al término de una combinatoria muy fina de elementos biográficos, históricos, sociológicos, neuróticos (educación, clase social, configuración infantil, etc.) que regulo el juego contradictorio del placer (cultural) y del goce (no cultural) y que me escribo como un sujeto actualmente mal ubicado, llegado demasiado tarde o demasiado temprano (este demasiado no designa una pena ni una falta ni una desgracia sino solamente convoca un lugar nulo): sujeto anacrónico, a la deriva.¨

Roland Barthes, El placer del texto.

No hay comentarios: