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La historia del bosque de almendros

En el período de los tres reinos* hubo un conocido médico llamado Dong Fon, que curaba a los habitantes de lugares cercanos y les daba especial cuidado a los pobres sin cobrarles nada. También sanaba a los animales enfermos, que se habían hecho muy amigos de él. A veces las ardillitas jugaban a su alrededor, se le subían al hombro, mientras los pajaritos comían de su mano.
Una noche, Dong Fon estaba sentado leyendo un libro, cuando de repente sintió que de afuera venía un sonido de lamento: uh uh. Dong Fon salió y gritó: ¨¿hay alguien ahí?¨ Salió un tigrecito agazapado de las sombras, se acercó, se echó en el suelo y se quedó mirando a Dong Fon. Éste le acarició la cabeza y le dijo: ¨¿Tigrecito, hay alguien enfermo en tu familia? ¡Lleváme a verlo!¨ El pequeño tigre se puso contento y caminaron juntos hasta llegar a una cueva. Cuando entraron, Dong Fon vio a la mamá tigre acostada con el lomo lastimado. Junto a ella había un tigrecito bebé llorando por notar a su mamá enferma: uh uh, hacía. Dong Fon se acercó rápido y le dijo: ¨no te preocupes tigrecito, yo voy a ayudar a tu mamá¨. Luego buscó unas vendas, y le curó la herida. La familia de tigres acompañó al médico hasta la entrada de la cueva y se fue.
Tiempo después, los habitantes de la zona se fueron enterando del doctor que curaba a todos, entonces fueron a verlo y le dijeron: señor Dong Fon, nosotros sabemos que usted cura sin importarle el dinero, y queremos saber cómo podemos pagarle por lo que hace. El médico pensó un momento y les respondió: ¨a mi me gustan mucho las almendras, podrían plantar un árbol, eso sería lindo¨.
Así fue que una vez vino un enfermo y plantó un almendro frente a la casa del doctor, luego otro y otro… Y cada vez hubo más y más arbolitos. Tantos que en la entrada de la casa de Dong Fon empezó a crecer un gran bosque.
A partir de esta historia, se cuenta que la palabra que se usaba para decir bosque de almendros, sirvió para nombrar a todos los doctores buenos que ayudan a la gente.

*Luego de la caída de la dinastía Han, aproximadamente en el año 220, China quedó dividida en tres reinos que lucharon entre sí: Wei, Shu, y Wu.