Suelo no distraerme demasiado, pero pasaron varios vendedores ambulantes por el vagón, y sus monólogos fatigados me inquietaron un poco. No tenía pilas en el reproductor, y opté por radio vía telefonino. Hablaban, en casi todas ellas. No quise más voces, y dí con una que pasaba música clásica. El gesto de ponerla me dio cosita, pero al fin estuvo bien.
Veinticinco minutos en el Urquiza leyendo, narrado por Fidel, el asalto al Moncada. Detrás o dentro, una larga pieza musical de un alemán desconocido.
Veinticinco minutos en el Urquiza leyendo, narrado por Fidel, el asalto al Moncada. Detrás o dentro, una larga pieza musical de un alemán desconocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario